Según los datos oficiales del Gobierno de la Ciudad, se detectaron 1.215 casos positivos entre los 700 mil estudiantes y docentes. Ante esto, los mandatarios porteños evalúan flexibilizar el protocolo.
El 17 de febrero comenzaron las clases presenciales en las escuelas porteñas después de casi un año sin poder ir a las escuelas debido a la pandemia del coronavirus. En el primer balance que realizó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se difundieron los datos oficiales sobre los contagios en las escuelas: se detectaron 1.215 casos positivos en alumnos y docentes.
Este número representa el 0,17% del total que, entre escuelas públicas y privadas, alcanza 700.518 personas, que incluye docentes, alumnos y personal no docente. El 60% de los hisopados positivos fue para el personal educativo, mientras que el 40 restante fue para los estudiantes.
Además, se han dado a conocer que ya sea por caso sospechoso o confirmado, resultó necesario aislar preventivamente a 494 burbujas, lo que representa el 1,09% del total. “De estos casos que se aislaron preventivamente por contacto dentro de la misma burbuja se positivizaron luego solo el 0,017%”, afirmó el informe.
“Este primer mes fue muy emocionante y desafiante para todos. Los datos relevados nos confirman que las escuelas no son foco de contagio. Y que, una vez más, el camino indicado es tomar decisiones en base a la evidencia a nivel mundial y local y apoyándonos en la opinión objetiva de los especialistas. Por eso, vamos a seguir en esta dirección para ir ganando espacios de presencialidad, siempre que la situación epidemiológica nos lo permita”, afirmó Soledad Acuña, ministra de Educación.
Ahora, desde el Gobierno de la Ciudad estudian flexibilizar los protocolos en: comedores escolares, con la habilitación de la cocina para que los estudiantes puedan comer en espacios ventilados comida caliente; que los estudiantes se puedan quitar el tapa bocas al aire libre, sería para que lo hagan durante el recreo para que los chicos puedan descansar de la mascarilla; repensar el escalonamiento de ingresos y salidas, sería para simplificar la organización de las familias que tienen más de un hijo en edad escolar.
